Hace sólo unos días, después de permanecer más de una década en prisión, Mikhail Khodorkovsky ―sin duda, el más afamado, y en su momento, el más poderoso oligarca ruso surgido de la debacle económica del sistema de planificación central en Rusia― fue “perdonado” por el presidente Putin y, finalmente, liberado. Hoy, se encuentra en Berlín, Alemania, donde ha encontrado temporalmente refugio.
La historia personal de Khodorkovsky es interesante, pero lo es aún más la velocidad a la que acumuló su fortuna en tan solo unos pocos años (1987-2003). Si bien es cierto que Khodorkovsky ha sido señalado por estar vinculado desde sus inicios a manejos turbios con altos funcionarios del gobierno ruso, también resulta innegable que Khodorkovsky siempre mostró un talento innato para identificar jugosas oportunidades de negocios en una etapa histórica de la economía rusa.
Creo que el pasaje más fascinante de su historia en el mundo de los negocios ocurrió cuando, aprovechando sus conexiones políticas con altos funcionarios del gobierno ruso, descubrió y aprovechó las oportunidades de arbitraje financiero que derivaban del sistema dual de monedas que prevalecía en el sistema económico soviético. El sistema dual de monedas consistía, por una parte, en dinero en efectivo conocido como nalichnye y, por otra parte, en dinero “virtual” conocido como beznalichnye, que no era otra cosa más que un asiento contable a través del cual el Estado soviético distribuía subsidios a las unidades productivas.
Las unidades productivas o fábricas que recibían beznalichnye, a su vez, podían usar este dinero virtual para liquidar pagos a otras fábricas o unidades productivas. El sistema dual de monedas tenía dos características importantes. La primera de ellas era que no era posible convertir dinero virtual en dinero convencional. La segunda era que el dinero convencional típicamente se encontraba en condiciones de exceso de demanda, mientras que el dinero virtual siempre parecía estar operando bajo condiciones de exceso de oferta. Este diferencial de demanda para estos dos distintos tipos de dinero implicaba un desbalance significativo en el valor relativo entre los rublos convencionales y los rublos virtuales. Se llegó a estimar que el tipo de cambio implícito entre estos dos tipos de moneda era del orden de 10 a 1. Naturalmente, con este nivel de desbalance cambiario, eran claras las oportunidades de arbitraje. El gran reto del sistema dual era como convertir, dada las restricciones institucionales del sistema de pagos, el subvaluado dinero virtual en el sobrevalorado dinero convencional.
En 1987, Khodorkovsky encontró la manera de arbitrar entre estos dos tipos de dinero e incluso, una vez en posesión de inmensas cantidades de dinero convencional, logró identificar un mecanismo para convertir esos montos de dinero virtual en “hard-currency” (dólares), toda una hazaña durante los primeros años de la liberación de los mercados en Rusia. El mecanismo de arbitraje instrumentado por Khodorkovsky consistía en la creación de una especie de cooperativas “científicas” que, bajo ciertas condiciones, podían convertir el dinero virtual en convencional, con lo que el arbitraje efectivamente se materializaba.
En una segunda etapa, Khodorkovsky decidió acumular una gran cantidad de dinero virtual y, en ese momento, su reto fue como darle salida en el mercado. Con el tiempo, descubrió que empresas exportadoras rusas, con posiciones largas en dólares, estaban dispuestas a intercambiar grandes cantidades de dólares por dinero virtual que usaban para cubrir compromisos financieros al interior de Rusia. Así, de la nada, Khodorkovsky había cerrado el ciclo: había encontrado un mecanismo que iniciaba con una compra de moneda barata (dinero virtual) y concluía con su intercambio por moneda dura (dólares). Ese fue el inicio del imperio del oligarca ruso más famoso de los últimos tiempos. Las siguientes transformaciones de su imperio, el salto a la adquisición de un banco (Menatep) y después, el salto a la adquisición de Yukos, la petrolera más grande de Rusia, es ya historia.
Las razones políticas que estuvieron detrás de la detención de Khodorkovsky hace más de una década, y de su liberación, hace apenas unos días, son aún materia de especulación. No existe duda, sin embargo, que gran parte del éxito de Khodorkovsky se relaciona con su enorme capacidad para capitalizar oportunidades en un momento histórico de la economía contemporánea: la intersección entre el colapso del sistema de planificación central con la génesis de mercados liberalizados.
Muy interesante. Saludos.
Gracias, Guillermo. Un saludo cordial.